Marqués de Perales
Datos del yacimiento
Yacimiento arqueológico
Este yacimiento fue descubierto por la actividad de extracción de áridos que se desarrollaba en los terrenos de los herederos de Buenaventura Fernández Durán y Caballero, Marqués de Perales del Río. El arenero se encontraba entre el kilómetro 8,600 de la carretera a San Martín de la Vega (M301) y el camino de la Aldehuela, y era explotado por Manuel Soto. La aparición de restos arqueológicos en el año 1984 fue notificada a la Universidad Autónoma de Madrid y puesta en conocimiento de la Dirección de Cultura de la Comunidad de Madrid; iniciándose por sus técnicos en 1985 una primera campaña de sondeos, ésta dio como resultado la evidencia de dos niveles de ocupación, uno perteneciente al Bronce Final, horizonte cultural Cogotas I, fechado entre 1300 y 800 a.C. y otro de época tardorromana que se sitúa entre los siglos IV y V d.C.
A la vez que se desarrollaba en el arenero la actividad industrial, seguían apareciendo restos arqueológicos que eran recogidos sin referencias estratigráficas con lo que se dificultaba su documentación, por ello en los últimos meses de 1986 se delimitó una parte del arenero con el fin de abordar los trabajos de excavación arqueológica. El análisis de los restos determinó que se trataría de una zona que fue ocupada de manera no prolongada durante el final de la Edad del Bronce (Cogotas I), en menor medida también aparecieron restos de una posterior ocupación romana.
Se trataría de un asentamiento que guarda muchas similitudes con otros que han aparecido en esta zona, situado cerca de la vega del río Manzanares y en un entorno óptimo para el desarrollo de una economía agrícola y ganadera; se estima que pudo tener una extensión de cuatro hectáreas. No se han identificado vestigios de elementos defensivos ni de arquitectura doméstica, salvo algunos restos de adobe y tapial, tampoco se han recuperado restos importantes de ajuar o bienes muebles lo que podría indicar el carácter itinerante de su población.
Al igual que otros yacimientos cercanos, este del Marqués de Perales se encuentra cercano a una importante vía de comunicación como lo fue en su momento la cañada Real Galiana, esto viene a afianzar la idea de que se trataría de un lugar ocupado temporal y periódicamente por modestas sociedades nómadas que basaban su economía sobre todo en una ganadería de ovicápridos y bóvidos, complementada con la caza, la recolección y una agricultura cerealista de explotación intensiva en las áreas más cercanas al asentamiento.
En el yacimiento se identificaron 13 hoyos o fondos que pudieron tener una función de almacenaje de granos y víveres en general, prácticamente la totalidad tenían la parte superior más cerrada que la inferior con lo cual se facilitaría el sellado a base de paja y tierra. Sin embargo los materiales encontrados indican que el destino último de estos hoyos fue el de servir de basureros de desechos domésticos. Así por ejemplo en dos de ellos aparecen mezclados restos de cerámicas del Bronce junto con elementos muebles de época romana, se podría deducir entonces que todos los materiales fueron introducidos en un mismo momento y de manera conjunta.
Material recuperado
Industria lítica
La mayoría del material recuperado son lascas (262) sin retoques o con escasas modificaciones, también se encontraron nódulos de sílex, dientes de hoz, un posible alisador, una posible mano de moler y un fragmento de piedra de molino de vaivén, barquiforme.
También se recuperó un fragmento de valva de molde de fundición para hacha o cincel. Esta pieza no es frecuente encontrarla en los yacimientos. Indica que las gentes de Cogotas I creaban su propio utillaje para uso común.
Industria cerámica
Los 2.546 restos de cerámica recuperados muestran que ésta estaba realizada a mano, la cocción se realizó en hornos que no mantenían una temperatura y aireación constante por lo que se encuentran coloraciones distintas aunque dominan los tonos oscuros.
Únicamente 173 fragmentos presentan ornamentación, el reto es cerámica lisa. Un gran porcentaje de restos corresponden a vasijas comunes utilizada para preparar alimentos y almacenar sólidos y líquidos.
Entre los restos de cerámicas comunes (cocina, mesa y despensa) la forma más extendida es la de cuencos troncocónicos y hemiesféricos, también se han hallado restos de ollas ovoides. Las formas de las vasijas más cuidadas tienen mayor complejidad y algunos de ellos presentan decoración: cubiletes troncocónicos, cuencos que tienden a ser esféricos o acampanados, cazuelas, la presencia de fragmentos de asa indica que se fabricaron algunas jarras.
También se recuperaron media docena de fragmentos de queseras o coladores y un fragmento de fusayola con perforación central. Estos elementos, utilizados para la fabricación de quesos y transformación de lana, afianza la idea de una sociedad muy vinculada a la economía ganadera que cubriría las necesidades cotidianas.
Las técnicas de acabado y decoración son las típicas de Cogotas I, siendo la más utilizada la de incisión, encontrándose también boquique, puntillado y excisión.
La temática decorativa es muy sencilla: líneas paralelas simples, zigzag simples o múltiples, espigas, bandas quebradas rellenas, ajedrezados, dientes de lobo y guirnaldas.
Industria metálica
El número de piezas metálicas recuperado es mínimo lo que indica que el hábitat fue abandonado sin precipitaciones, llevándose consigo los objetos aprovechables para su uso cotidiano.
De entre los escasos restos metálicos recuperados destaca por su importancia una fíbula de codo ad occhio, es una pieza de bronce de buena calidad, con 17,09 por 100 de estaño. La relevancia de este objeto está en que evidencia la existencia de intercambios comerciales entre las gentes de la meseta y el litoral mediterráneo. Tipológicamente este tipo de imperdibles se asocian a las producciones que en sus inicios se desarrollaron en talleres instalados en el Mediterráneo central y oriental, concretamente Sicilia y Chipre.
«Esta fíbula es la primera que aparece en un contexto Cogotas I en la submeseta sur aunque son varios los ejemplares conocidos de fíbulas de codo asociados a materiales Cogotas I, en el ámbito de la meseta norte» (Blasco et alii, 1991).
En uno de los fondos excavados se recogió un pequeño fragmento de bronce que podría tratarse de una parte de la aguja de otra fíbula.
La aparición de una pieza metálica muy fragmentada y los restos del molde de fundición citado, viene a indicar que existiría una pequeña actividad metalúrgica orientada a elaborar útiles y aperos de uso doméstico.
Restos faunísticos
Los restos óseos recuperados corresponden principalmente a especies domésticas, dominando los ovicápridos y bóvidos, también hay restos de porcino, perro y caballo.
En cuando a restos de especies salvajes se encontraron de conejos, ciervos, roedores y aves, aunque en comparación con otros yacimientos el porcentaje de estos restos de caza son escasos.
Galería de imágenes
Se muestran a continuación diversas piezas encontradas en el yacimiento que han sido incluidas en este proyecto
Puente de fíbula ad occhio
Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid
Periodo: Edad del Bronce (1000-800 a.C.)
Vaso
Museo de San Isidro. Almacén visitable:
Vitrina 6, pieza 16
Periodo: Edad del Bronce (1000-800 a.C.)
Bibliografía y fuentes consultadas
- Blasco Bosqued, Concepción; Sánchez-Capilla Arroyo, María Luz y Calle Pardo, Juana (1991). Yacimiento del Bronce Final y de época Romana en Perales del Río (Getafe, Madrid). Arqueología, paleontología y etnografía, ISSN 1131-6241, Nº. 1, 1991, págs. 37-148
- Blasco Bosqued, Concepción (1987). Un ejemplar de fíbula de codo «ad occhio» en el Valle del Manzanares. Boletín de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, ISSN 0210-4741, Nº. 23, 1987, págs. 18-28
