Sector 3

Datos del yacimiento

Nombre del yacimiento: Sector 3
Localización:
Parque de la Alhóndiga
40°18’24.4″N 3°44’48.0″W; Visualizar en Google Maps
Naturaleza: Yacimiento arqueológico y paleontológico
Adscripción cronológica:
Yacimiento arqueológico:  1500 a.C. – 1200 a.C. (Bronce medio). 800 a.C. – 500 a.C (I Edad del Hierro)
Yacimiento paleontológico: 1500 a.C. – 1200 a.C. (Bronce medio). 800 a.C. – 500 a.C (I Edad del Hierro)
Fecha de los trabajos: 1985
 

Yacimiento arqueológico

Las obras de ampliación de la carretera Madrid-Toledo (N-401, actual A-42) y la necesidad de obtener áridos para llevar a cabo la misma hicieron posible el descubrimiento fortuito de dos asentamientos prehistóricos en el Sector 3 de Getafe. Juan Ayllón, alumno de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, comunicó los indicios arqueológicos que habían aparecido a escasa distancia de la carretera N-401; hoy en día estos terrenos se encuentran dentro del Parque de la Alhóndiga en Getafe. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid llevaron a cabo excavaciones de urgencia en un lugar que ya había sido muy arrasado por las máquinas; los trabajos arqueológicos constataron la existencia de dos áreas de ocupación, apenas separadas unos 70 m, pertenecientes a las edades del Bronce y Hierro.

La situación del yacimiento contrasta con la de otros aparecidos en nuestro término municipal ya que no está relativamente cercano a un cauce fluvial, ni tampoco está en un lugar especialmente elevado como solía ser frecuente en los poblados de la Edad del Hierro. Posiblemente la zona se encontraba cerca de algún manantial y alguna charca. La presencia histórica de manantiales cercanos lo atestigua el hecho de que con anterioridad a 1960 Getafe se surtía de agua procedentes del Pozo y de la Mina Vieja (Sánchez, 2007) , fuentes que apenas distarían 700 m al norte del yacimiento arqueológico, un plano del Instituto Geográfico y Catastral del año 1966 recoge la existencia de esos pozos o norias, por otra parte, tradicionalmente estos terrenos eran conocidos por ser zona de huertas. Como dato curioso en ellos se llegó a instalar la empresa Cerámica Globus hacia finales de los años 1950.

Las dos áreas de ocupación presentaban características distintas, la primera se correspondería con restos de 10 hoyos de almacenamiento con tendencia circular, ninguno supera los 1,65 cm de diámetro. Este tipo de hoyos guarda similitud con otros encontrados en la zona sur de la Comunidad de Madrid, todos ellos atribuibles a la Edad del Bronce. No pudo determinarse con exactitud su alzado y capacidad, pues en el momento de su estudio el terreno ya había sido alterado por la acción de las máquinas.
La segunda zona de ocupación concentraba sus restos dentro de una superficie ovalada (5 por 3,80 m) el material encontrado se atribuye a la Edad del Hierro. Esta subestructura, que se asocia con un verdadero «fondo de cabaña» presentaba ocho pequeños agujeros circulares que se identifican con pies de postes, seis estarían en el perímetro del óvalo y dos en el interior. También se apreció la existencia de pequeñas zanjas en el interior de la superficie, éstas se relacionan con divisiones internas que a modo de habitación podrían separar ambientes de la cabaña. En un extremo se encontraron indicios de una cubeta que podrían haber sido un hoyo de almacenamiento. Por testimonios verbales se tiene conocimiento de la presencia de otras subestructuras similares a la estudiada, sin embargo éstas desaparecieron por los trabajos en la zona; con las reservas oportunas ello ha llevado a pensar en la existencia de un poblado.

Material recuperado

Industria cerámica

Edad del Bronce

Se recogieron un total de 535 fragmentos cerámicos de dimensiones tan reducidas que únicamente se pudo reconstruir una cazuela en la totalidad de su perfil. Estos restos se identificaron con piezas de tamaño mediano o pequeño que se corresponderían con los siguientes tipos de formas: Cuencos hemiesféricos, platos tronco-cónicos, tapadera troncocónica, ollas de tendencia ovoide con o sin labio diferenciado, ollas de tendencia esférica u ovoide de cuello cerrado, vasos de cuello de embudo, vasos y cazuelas carenados.
Se distingue un tipo de recipientes denominados comunes con escasa decoración, con acabados toscos o simplemente alisados y otro tipo de recipientes que se consideran finos que aunque no presenten decoración tienen superficies cuidadas, espatuladas o bruñidas.

Edad del Hierro

Se encontraron 424 fragmentos, de los que menos de 50 presentaban decoración. Atendiendo a su tipología encontramos: cuencos hemiesféricos, platos, tapadera, vasos ovoides, vasos globulares en perfil en S, vasos bitroncocónicos carenados y bases.
Los recipientes del tipo «común» tienen impresiones realizadas directamente sobre la superficie de la vasija, sobre todo en el labio y el hombro de la misma, también se aprecia que en algunas se ha aplicado la técnica a «cepillo» para dar un efecto ornamental; se encuentran similitudes en este tipo de acabados en cerámicas halladas tanto en el Alto Ebro como en la suroeste de la Península.
En cuanto a los restos de cerámica «fina», tres de los recipientes presentaban un baño de almagra recubriendo la superficie interior y exterior, en otro aparecía decoración formando una retícula en lo que sería el interior de un cuenco que tenía la superficie bruñida, en otros se encuentran incisiones que crean triángulos (dientes de lobo) rellenos con líneas verticales oblicuas. Todas estas decoraciones nos ponen en relación con tres de las áreas culturales más significativas del Bronce Final y I Edad del Hierro: sureste y alta Andalucía, suroeste peninsular y cultura de los campos de urnas del noreste de la Península.
Puede deducirse que estos datos «apuntan a una amplia red de contactos con los más importantes y significativos círculos culturales peninsulares del momento, lo que podía justificarse por la posición estratégica de la zona, en un punto clave de la red de comunicaciones, entre las regiones más dinámicas del momento como son el Valle del Ebro, punto de mayor concentración de los grupos de los Campos de Urnas, el sudeste, donde comienzan a aparecer los primeros influjos precoloniales mediterráneos y el suroeste, área en la que está en plena pujanza el Bronce Final orientalizante» (Blasco y Barrio, 1986)

Industria lítica

Edad del Bronce

Lo hallado es muy escaso, unas pocas lascas de sílex o cuarcita con algunas señales de uso y unos restos de molinos barquiforme de granito. Los restos de molino, que parece como si hubiesen sido repartidos intencionadamente entre los diferentes depósitos, podrían indicar una actividad agrícola cerealista.

Edad del Hierro

También son escasos, se reducen a veintidós pequeñas lascas de sílex –una presenta señales de uso-, diez de cuarcita, once nódulos, de ellos seis de sílex y los cinco restantes de cuarcita. También se recuperó un pequeño fragmento perteneciente a un molino barquiforme, realizado en piedra de granito, cuyas características son muy similares a los fragmentos de este mismo objeto recogidos en la zona donde se ubicaban los restos de la Edad del Bronce.

Industria metálica

Edad del Hierro

La única pieza encontrada es un punzón de bronce, biapuntado y sección cuadrada, es un objeto que se debió utilizar enmangado. Por los análisis realizados se trata de un bronce de excelente calidad, con un 76,74% de cobre y 22% de estaño, proporción ésta muy superior a lo que suele ser habitual en los bronces, a este respecto hay que indicar que la zona de Madrid está dentro las áreas productoras de estaño.

Restos paleontológicos

Edad del Bronce

Sólo se recogieron restos de fauna doméstica: bos, suidos (cerdos) y ovicápridos son las más frecuentes. En uno de los depósitos había un pequeño lechón de unos seis meses, colocado en conexión anatómica, intencionadamente. El hecho de estar en el fondo del hoyo, junto a la pared, sujeto con unas piedras y con restos de pequeños carbones que evidenciaban fuego podría indicar que no hubiese sido consumido sino que se tratase una ofrenda.
También es muy interesante el hallazgo de tres metápodos y parte de un cráneo de un bos, al tratarse de la parte menos aprovechable para su consumo podría indicar que se trata también de una especie de ofrenda ritual hacia un animal que pudo ser colaborador del hombre en tareas agrícolas y ganaderas.

Edad del Hierro

También son muy escasos, encontramos restos de bos, suidos, ovicápridos, lepus (liebre) y equus.

Galería de imágenes

Se muestran a continuación diversas piezas encontradas en el yacimiento que han sido incluidas en este proyecto

Cazuela carenada y base plana

Yacimiento del Sector 3, fondo 9, estrato III

Periodo: Edad del Bronce Medio  (1500 – 1200 a.C.)

 Fuente:

Obra derivada de Blasco y Barrio, 1986, pág. 89

Cerámica común

Yacimiento del Sector 3 

Periodo: I Edad del Hierro (800 – 500 a.C.)

 Fuente:

Obra derivada de Blasco y Barrio, 1986, pág. 141

Cerámica fina

Yacimiento del Sector 3 

Periodo: I Edad del Hierro (800 – 500 a.C.)

 Fuente:

Obra derivada de Blasco y Barrio, 1986, pág. 142

Cerámica fina

Yacimiento del Sector 3 

Periodo: I Edad del Hierro (800 – 500 a.C.)

 Fuente:

Obra derivada de Blasco y Barrio, 1986, pág. 142

Bibliografía y fuentes consultadas

  • Blasco Bosqued, María Concepción y Barrio Martín, Joaquín (1986). Excavaciones de dos nuevos asentamientos prehistoricos en Getafe (Madrid). Noticiario Arqueológico Hispánico, 27, 1986, p. 77-142.
  • Sánchez González, Martín (2007). Getafe historia de una ciudad. Ayuntamiento de Getafe, Servicio Municipal de Publicaciones, 2007